¿CUAL SERÍA EL PERFIL DE LÍDER QUE SE NECESITA EN TIEMPOS DE CRISIS?

"Crisis" significa cambio en griego. No es nada malo, pero los cambios siempre provocan en todos inseguridad, incertidumbre, incomodidad. De todos modos, las crisis son buenas, aunque solo lo reconocemos cuando las pasamos, porque lo hacemos desde otro punto de comodidad y estabilidad mejor.

Eso, exactamente es lo que tiene que salir por los poros de un "Lider", la imagen de que conoce el destino y el camino, con lo que el resto del colectivo puede trabajar con algo de esperanza. Si ademas el lider tiene mentalidad de equipo no de grupo, atento al grupo y al entorno, no se puede pedir mas. En tiempos de crisis deben emerger cualidades necesarias para encarar los nuevos desafios: humildad, empatía, coraje y compromiso. El lider trabaja con materiales de una naturaleza muy particular: visión, emoción, motivación, pasión, ilusión, credibilidad, compromiso. Eso es capacidad de gestión a no crear problemas ni confrontación con lo establecido, pero el liderazgo es algo diferente.

¿Qué desean las personas en estos momentos tan complicados de sus líderes? Propósito, Dirección, algo que de sentido a lo que hacemos y porqué lo hacemos. El liderazgo se trata de ir a algún lugar. SI la gente no sabe hacia donde está yendo, tu liderazgo no importa, y todo ello basado fundamentalmente en la honestidad y su competencia. La firme convicción de que las metas son alcanzables, que inspire entusiasmo. Resultados derivados de una fuerte orientación a la acción.

¿Qué puede hacer el lider? Encontrar sentido a lo que hace él y sus colaboradores, porque cuando uno encuentra sentido a lo que hace, comprende que aporta valor a los demás, que puede hacerlo a su manera y como consecuencia de todo ello, crece como persona, se siente dueño de su motivación y, por extensión, de si mismo. Fomentar la autoestima y el reconocimiento interno. Si el reconocimiento interno precede al externo, somo fuertes. Si es al contrario, somo débiles o lo que es peor, aparéntemente fuertes

Un líder transformacional; para liderar hay que asumir, ejecutar, compartir y sentido de avanzar siempre. Los líderes, los hacemos las personas, son imprescindibles para sacar adelante a las organizaciones, el líder ubicado por nosotros, nos lleva por la senda del acierto del grupo y los esfuerzos y muchas desdichas del líder.

Hay que predicar con el ejemplo, enseñar desde la escuela. Ser dueño de tu tiempo y de tu vida. Tener claro los objetivos y trabajar por ellos. Un líder se hace, trabaja con su equipo, motiva e inspira y son todo uno. En los tiempos actuales son necesarios muchos líderes, que no hacemos, porque no vemos cualidades entre los que nos rodean y los que hay, empresariales, son fruto de épocas de crecimiento y del todo vale, por lo que son ineptos para estos tiempos difíciles. De todos modos, esperamos tiempos de nuevos líderes, renovando los candidatos.

La falta actual de líderes en todos los ámbitos sólo se puede suplir con personas que sean ante todo honestas, humildes, directas, profesionales, leales y sobre todo abiertas a cualquier tipo de inquietud que te rodee, es decir en tiempos de crisis, liderazgo de personajes en aumento, personas con capacidad para liderar en descenso, esperamos tiempos de nuevos líderes, la pregunta es ¿hasta cuándo podemos esperar?, o ¿realmente tenemos que esperar?

El líder tiene dos posiciones distintas, pero muy intrínseco. Porque si bien es un empleado que debe obedecer las reglas, es un representante de la compañía que hace las reglas. tiene que mantener su equipo centrada en los resultados. Y cuando los pensamientos se pierden en las dificultades personales enfrentadas, la tarea es mucho mas dura, por lo tanto tiene que olvidar sus problemas y motivar a su equipo, hablando con optimismo alabando los logros, guiando a cada uno, de forma individual, de acuerdo con la madurez de cada componente de su equipo. Tiene que ser parte de su equipo sin olvidar su función de supervisión.

El Líder en una empresa, debe ser un componente indispensable del motor, pero no el que debe arrastrar a todo sus colaboradores sino quien identifica los otros componentes en sus colaboradores y sabe crear las condiciones para que estos entreguen toda la energía de que son capaces de entregar en sus puestos de trabajo.

Debe ser un modelo para ser observado, permanentemente, su comportamiento y deciciones. Es importante y valioso el sentido de coherencia para contagiar a sus colaboradores. Porque todos nacemos con la capacidad humana de nos impulsar como lideres. Que unos lo utilicen y desarrollen más que otros depende de muchos factores. De tener as cualidades que lo identifican como tal, ahora mismo debe asumir riesgos  con cierto grado de control. El líder estándar clásico que conocemos está evolucionando por esta nueva especie de líder más abierto, rápido, flexible y arriesgado. Sin olvidar el Lowcost.

Debe de predicar con el ejemplo. Compartir toda la información que a el como líder tiene por parte de la empresa, debe saber motivar, formar, y lo más importante escuchar, conocer cada una de las inquietudes de su equipo. El perfil de líder de lobo solitario, que no debe favores a nadie y encima es un personaje raro que no comunica bien. Esta contentamente tomando decisiones no se sí malas o buenas, El tiempo es un factor importante y no lo deja pasar. No es un lider, es un Jefe dictatorial y parece que poco simpatico, no es un perfecto comunicador y que se relaciona imperfectamente con todos

Un verdadero líder sin crisis o con crisis,es aquel que nunca abandona el barco, protege a su gente y la impulsa, pero sobre todo, forja más líderes. Usted aprenderá como desempeñar mejor las actividades de lider para con sus empleados, preparese para Muchas horas de aventura, enseñanzas, compañerismo y desafios. Para dirigir es necesario tener entusiasmo, alegria, motivación, desprendimiento; y para eso es indispensable tener dentro de si mismo el espiritú competidor. Como en el antiguo Egipto, se aleccionaba para las épocas de las vacas flacas o de las crecidas del rio Nilo, de ahi nacio la construcción de diques y exclusas. Extrapolar esas lecciones a la vida empresarial actualmente, obliga a redimensionar y rehacer metodos de trabajo y atingir metas.

La crisis actual tiene un alcance muy superior a lo concerniente a la Economía. Estoy convencido que nuestra crisis está íntimamente relacionada con el Liderazgo y los Valores. El momento que atravesamos requiere de líderes que inspiren, que transmitan confianza y que actúen como aglutinadores, aunando voluntades. Sin embargo, el panorama real de liderazgo en las empresas dista de esta visión. A diario vemos directivos y jefes de equipo que no consiguen llegar a sus colaboradores, que ejecutan proyectos con apatía y desgana patente, o dinamitan cualquier iniciativa que suponga salir de su zona de confort.

Éstos y algunos otros, son los síntomas de "un líder" que necesita revisar sus destrezas, flexibilizarse y adaptarse a las nuevas circunstancias, empatizar con sus colaboradores, convertirse en motor impulsor y no en lastre, y ser una fuente confiable y de motivación. Las características de un buen líder no dependen de la situación externa. El peligro está en que esa misma situación ayude a subir a determinado tipo de personas que se hacen "líderes" gracias a la situación y que, más que líderes, son "mesías" de tres al cuarto. Fue el caso de Hitler, en la Alemanía de la década 1930-40 y puede que sea el caso actual de Grecia con Aurora Dorada.

En el contexto de crisis, no es únicamente en el aspecto económico, si no en el cambio de valores que nos han traído hasta aquí y que son, en mi opinión, los causantes en una gran proporción de la crisis financiera, política, económica y social que vivimos. Por eso hacen falta y más que nunca, en el mundo y también en las organizaciones: Personas valientes, honestas, transparentes, confiables y que busquen el interés general, congruentes con lo que expresan y lo que hacen (los no líderes, hacen justo lo contrario: decir una cosa y hacer lo opuesto). 

Tanto el lider de la expansión como el lider de la crisis, tiene que ser real, tiene que ser alguien que además de las cualidades, debe tener claro el punto de llegada aunque tenga el camino, lleno de dudas. Tiene que creer en sus posibilidades y en las que tiene su equipo, aunque esté solo. No tiene que ser un ser excepcional, tiene que ser un ser con un gran sentido común y con los objetivos y medios, muy claros. No se necesita ser jefe, se necesita saber su punto de partida y su punto de llegada. En tiempos de crisis se necesita un líder que:

01. Desafíe el proceso de crisis, desde un plan estratégico claro y contundente, enfocado en
profesionalizar la gestión e identificar, redefinir y superar los obstáculos.

02. Predique con el ejemplo.

03. Sepa alinear a la organización detrás de él y de la estrategia clara y convincente que él inspire.

04. Sepa brindar aliento a quienes se identifican, a través de logros concretos, con el eficaz cumplimiento de los objetivos de la organización.

05. Busque y encuentre las oportunidades entre los pliegues de la crisis, sin esperar a que éstas llamen a su puerta.

06. Diseñe, sin miedo, estrategias creativas, con soluciones novedosas para condiciones Que también lo son.

07. Se enfoque de modo proactivo y sin lamentos, afronte con decisión el desafío de defender a capa y espada la cartera de clientes, incorporando nuevos y aumentando la fidelización de los existentes, desde la estrategia de identificar nuevos productos o servicios y nuevos segmentos de mercado.

08. Monitorée el comportamiento de su mercado, la elasticidad de las demandas que afectan a sus productos o servicios y redefina prontamente el punto de precios.

09. Maneje con habilidad la estrategia financiera, ajustándose a la nueva realidad, sin perder el control pero también sin resignar la audacia de aprovechar la etapa de crisis para fortalecer su posicionamiento en el mercado.

10. Supervise la estrategia y que, regularmente, controle su eficaz y puntual cumplimiento y la adapte, con buenos reflejos y cada vez que sea necesario, a partir de una ágil interpretación de cómo reaccionan las variables frente a sus propias decisiones, y sobre todo, de cara a las acciones de la competencia y de las señales cifradas del entorno político y económico.