A la hora de
concertar una cita, por lo normal es tener paciencia y una buena dosis de optimismo.
Aparte de la diferencia lingüística y de modos de vida, en este país se estila
mucho el encuentro desenfadado y a un nivel de gran amistad. El brasileño es
acogedor y bien avenido, pero no se engañe, también es habilidoso negociador y
con visión de un buen negocio para el que lleva tiempo y paciencia.
Ellos son así,
intente controlar su idea de que está vendiendo un producto que Brasil no
tiene, no se engañe, aquí es fácil encontrar fabricantes o distribuidores de
casi cualquier cosa que este en el mercado, ellos lo que quieren es saber si
usted está dispuesto a comprar o distribuir lo que ellos producen. En definitiva,
Saber si el mercado está listo para ellos. Entonces la
pregunta es: ¿Qué vender o distribuir en Brasil? La respuesta es simple, “calidad
de Servicios”. Los negocios en base al sector servicios y el turísmo están teniendo mucha actividad en estos ultimos años.
No es raro que le
lleven a una sala de reuniones en algún hotel o centro de convenciones a la
mano, son recelosos de la idea que se pueda tomar a la hora de visitar
instalaciones de la empresa o del stock disponible. La cita será desarrollada
entre los aspectos técnicos a presentar, pasando por el coste operacional y la
salud espiritual de los contertulios, la familia y los conocimientos estratégicos
serán parte del postre. Es bueno olvidarse de los tópicos brasileños (playa –
futbol – chicas), a veces llega usted
sin saber nada y le recibe la persona equivocada. Ya después de las primeras
ocasiones y creado los lazos con un socio local, es difícil que pase.
No se enfade ni
discuta por la calidad o por los resultados de los primeros contactos y
aproveche para hacer amigos importantes de empresa y con el que usted debe trabajar.
El rango es importante, pero siempre y visibilizando el posible acuerdo,
recuerde que es un país burocratizado y con muchos hilos para unir. Busque
tratar siempre con el nivel más alto, la paridad en el cargo y responsabilidad
es necesaria, La jerarquía cuenta mucho.
Les gusta la
formalidad al estilo campechano, es importante ser cortés, pero no sentir la
falta de educación en algún de los momentos de la prospección comecial, muchos
de ellos son personas que han conseguido un hueco de mercado tratando con
clientes que nunca fueron a la universidad, no es extraño ver abogados de
empresas billonarias, bien trajeados manteniendo conversaciones usando las
expresiones “amigão” o “cara” (amigote o tio).
Socialmente les
encanta las prisas y el estar primero antes que los otros, los regalos y comer
en un buen buffet brasileño, son buenos bebedores y a la hora de la distracción
es recomendable una buena dosis informativa sobre los equipos de futbol
brasileños. Recuerde que un animador de “Corintians” no tendrá jamás una camisa
del “Palmeiras”. No se le ocurra llevar algún distintivo visual en las horas de
los encuentros descontraidos.
Las apariencias
también cuentan, no necesita ser elegante en extremo, pero siempre bien
vestido, tenga un buen terno y una corbata, pero también puede dejar un hueco
en la maleta para un vaquero y camisa a cuadros tipo vaquera. Olvídese de shorts
playeros y coloque una bermuda social y unos mocasines elegantes, si es que la
comida de empresa es en los jardines de alguna terraza de playa o en alguna de
las innumerables haciendas que este país tiene. Debe contar con que las
temperaturas son muy amenas y a veces con un calor arriba de las acostumbradas
en otras latitudes.
Las mujeres poco
a poco hacen parte en el mundo de los negocios, pasando a ocupar cada vez más
puestos de relevancia. La mitad de las empresas más importantes cuentan con
equipos directivos dirigidas por mujeres. Muchas de ellas licenciadas en
Universidades de renombre internacional, ocupando sectores fuertes en las actividades
comerciales, ellas adoran la caballerosidad y el buen trato profesional
igualitario a la hora de mantener contactos comerciales, si es su caso, lleve
un buen regalo social, nunca personal.
A los brasileños les encantan las
presentaciones llamativas. Mucho más importante es demostrar que se conoce el
tema, y también la profesionalidad y
experiencia. Demuestre claramente cuál es la diferencia y la ventaja de su
empresa respecto a sus competidores. Es conveniente que el material que
aportemos esté en portugués. Si necesita un intérprete, elija uno de confianza.
El que alguien hable español y portugués, no quiere decir que sea buen intérprete.
Para negociar
utilizan estrategias donde el tiempo es un factor dispensable y son duros
competidores. Para ellos cuenta el método, la burocracia y el factor logística.
Al final se redactará un acta en el que consten los puntos tratados para
confirmación y aprobación de ambas partes.
Las reuniones no suelen
exceder los límites asignados y no suelen desviarse de los objetivos. Los puntos personales se tratan en el coffe–break.
Las más oficiales no pueden durar muchas horas, y pueden incluir visitas, comidas y cenas de empresa, etc.
El Brasileño
siempre tiene presente que las condiciones pueden cambiar radicalmente. Esperan
lo mejor pero se preparan siempre para lo mejor aun. Contrasta su mentalidad
más optimista que de los europeos. Son apasionados y a veces dados al optimismo
ante la oportunidad de poner la mano en la masa. Siempre intentan obtener
concesiones del contrario y el proceso de negociación puede ser a veces un
camino novelesco. Es difícil decir no a ellos, Nunca hay que hacer concesiones
demasiado pronto, y si se hacen, es lícito pedir gestos recíprocos.
Utilizan el
tiempo como táctica. No muestre que está apremiado por el tiempo porque si lo
notan, jugará en su contra. No olvide que nada hay seguro hasta que se firma.
Incluso después, puede haber cambios. A los brasileños les gusta presumir de
sus viajes al extranjero, si es su caso y puede invitar algún empresario a
conocer alguna región de Europa, atiéndalo con el mejor de los protocolos de
anfitrión, será su tarjeta de visita cuando vuelva al Brasil a cerrar negocios
o conseguir otros contactos empresariales, la marca extranjera les da importancia
en su entorno profesional y personal.
No olvide nunca dar
de nuevo las gracias, por la invitación y el trato dispensado, que seguro ha
sido excelente. Siga en contacto con ellos. Muestre una actitud de buen
samaritano y con la convicción de que tiene un nuevo amigo en este inmenso país.
Resuma acuerdos con ellos y hágales saber que está esperando siempre una
llamada o un email para ver “cómo esta todo por ahí”.
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